En un mundo cada vez más conectado, el Internet de las Cosas (IoT) está transformando industrias enteras y redefiniendo el valor económico global. Desde la manufactura hasta la agricultura, pasando por la salud y los hogares inteligentes, el IoT despliega un potencial sin precedentes para optimizar procesos, generar nuevos modelos de negocio y mejorar la calidad de vida.
El Internet de las Cosas (IoT) se refiere a una red de dispositivos físicos interconectados que recopilan, comparten y analizan datos en tiempo real. Esta tecnología permite la automatización, optimización y digitalización de procesos en múltiples sectores, generando eficiencia y nuevas fuentes de ingresos.
La magnitud del IoT crece a ritmos vertiginosos. A nivel mundial, las estimaciones de dispositivos conectados para 2025 oscilan entre 30,9 millones y hasta más de 41 mil millones de dispositivos. Algunas proyecciones alcanzan cifras estratosféricas de 75 000 millones de unidades.
Para el periodo 2024–2032, se espera una tasa de crecimiento anual compuesta del 24,3%, lo que demuestra un panorama de oportunidades sin precedentes para inversores, gobiernos y empresas de todos los tamaños.
El IoT no es una solución única; su valor se distribuye en diversos sectores, cada uno con su propio ritmo de adopción y retorno de inversión.
El IoT adquiere vida propia cuando se traduce en aplicaciones prácticas que generan beneficios tangibles.
En el ámbito industrial, el mantenimiento predictivo permitió en 2018 ahorros por 17 000 millones USD, al anticipar fallos y optimizar la gestión de activos. En logística, las plataformas IoT monitorizan la temperatura y ubicación de mercancías, reduciendo pérdidas y mejorando la eficiencia.
Los hogares inteligentes disfrutan de sistemas de climatización que ajustan la temperatura según la presencia de ocupantes, mientras que neveras inteligentes pueden solicitar reposición de productos automáticamente. En ciudades como París, el proyecto Smart City 2050 aspira a reducir las emisiones en 75% mediante edificios bioclimáticos e infraestructura IoT.
En medicina, entre 85 y 160 millones de sensores y dispositivos médicos portátiles se enviaron globalmente entre 2021 y 2024, facilitando el monitoreo continuo de pacientes y ahorrando recursos hospitalarios.
La adopción del IoT trae consigo beneficios claros, pero también importantes desafíos que requieren estrategias robustas.
La evolución del IoT pasa por alianzas estratégicas y modelos de conectividad unificada. En 2023, IDEMIA y TEAL implementaron el modelo GSMA SGP.32 para simplificar la interoperabilidad.
Paralelamente, el desarrollo del Internet Industrial de las Cosas (IIoT) está marcando la próxima revolución en cadenas productivas, con el objetivo de integrar sistemas de producción altamente automatizados y autónomos.
Se prevé que para 2025, el 75% de los dispositivos IoT estarán permanentemente conectados a una red, impulsando la transición hacia ecosistemas digitales totalmente interconectados y resilientes.
China lidera en ingresos, con 328 200 millones USD en 2020, seguido por Estados Unidos y Europa, que dominan la innovación y adopción. Norteamérica se perfila como la región principal en IoMT, con ingresos estimados en 33,6 000 millones USD para 2026.
Regiones emergentes de Asia-Pacífico y América Latina buscan acelerar proyectos de ciudades inteligentes y agricultura de precisión para cerrar brechas de desarrollo y mejorar la competitividad global.
El Internet de las Cosas representa una oportunidad sin precedentes para transformar la economía y la sociedad. Las organizaciones que integren esta tecnología de manera estratégica cosecharán beneficios financieros y operativos, al tiempo que contribuirán a la sostenibilidad y al bienestar colectivo.
Para inversores y empresarios, el momento es ahora: es esencial evaluar riesgos, diseñar infraestructuras robustas y formar alianzas que aceleren la adopción. De esta forma, podremos aprovechar plenamente el impacto económico anual de 11 billones y dar forma a un futuro más eficiente, conectado y sostenible.
Referencias